La última cena, que tuvo lugar horas antes de la crucifixión del Señor, fue un Séder (observancia de la Pascua). Anteriormente, los símbolos de la fiesta sólo habían señalado a la pasada redención de los hebreos de Egipto. Pero ese jueves por la noche, Jesús reveló el significado mesiánico de dos símbolos: el pan y el vino.